En un mundo donde la oferta de dinero es finita y no quedan más dólares por imprimir, la idea puede sonar bastante extraña. Sin embargo, en el universo de Bitcoin, este escenario no solo es posible sino inevitable.
La red de Bitcoin, diseñada con un suministro limitado de 21 millones de monedas, alcanzó un hito importante: el “halving” redujo su tasa de inflación en un 50% por cuarta vez desde su creación. Hasta el momento, se han minado 19,688,016 Bitcoin, dejando menos de 2 millones por descubrir en los próximos 120 años. Esta escasez, unida al creciente interés por Bitcoin, está destinada a remodelar el futuro de la criptomoneda.
Para 2026, el 95.24% de los Bitcoins habrán sido minados, y para 2039, esta cifra alcanzará el 99.52%. Se proyecta que la minería del penúltimo Bitcoin ocurrirá alrededor de 2093. Avancemos un poco más hasta 2140, el año en que se espera que se mine el último Bitcoin (o, más realísticamente, el último satoshi, la denominación más pequeña de Bitcoin). Para entonces, la tasa de inflación de Bitcoin se habrá estabilizado.
La economía de los últimos Bitcoins
Este hito será significativo, especialmente para los mineros de Bitcoin. Una vez que todo el Bitcoin sea minado, los mineros ya no recibirán Bitcoin nuevos como recompensas por bloque. En su lugar, dependerán exclusivamente de las tarifas de transacción como su fuente de ingresos. Se espera que las tarifas de transacción se conviertan en la principal fuente de ingresos para los mineros, lo que podría llevar a tarifas más altas, al menos en términos de dólares estadounidenses.
Actualmente, la tarifa promedio por transacción es de 0.00022 BTC (104.6 sats/vB), lo que equivale a hasta $15 a los precios actuales. En 2017, la tarifa promedio era de alrededor de $1, y en 2012, las tarifas eran de aproximadamente $0.01.
El costo de minar un bloque de Bitcoin hoy varía significativamente y depende de factores como los costos de energía, la eficiencia del hardware de minería y la tasa de hash de la red.
Soluciones de escalabilidad y el futuro
Se anticipa que, en el futuro, los usuarios pagarán menos satoshis por transacción. Sin embargo, Bitcoin aún puede no ser ideal para pagos pequeños. Este es el núcleo del debate sobre escalabilidad que ha sido un tema controvertido entre los desarrolladores, llevando a la división de cadena más significativa en la historia de la red de Bitcoin y la aparición de Bitcoin Cash.
Los defensores de Bitcoin Cash argumentan que Bitcoin debería tener bloques más grandes. Por otro lado, los desarrolladores de Bitcoin creen que las soluciones de segunda capa y las cadenas laterales podrían abordar este problema sin tener que alterar la configuración central de BTC. La Red Lightning, en particular, ha sido promocionada como una posible solución para facilitar transacciones diarias de Bitcoin mientras se reserva la cadena principal para transacciones de alto valor o en lote.
Aunque mucho puede ocurrir en un siglo de historia de Bitcoin, lo que sí sabemos es que, mientras exista internet, Bitcoin funcionará como Satoshi planeó: una red fuerte y descentralizada, con mucha gente haciéndole promoción en Twitter.
En resumen, al aproximarnos al último Bitcoin minado, nos enfrentamos a una nueva era de desafíos y oportunidades. La economía de Bitcoin se verá obligada a adaptarse, los mineros tendrán que buscar nuevas formas de rentabilidad, y el debate sobre la escalabilidad seguirá siendo relevante. Sin embargo, esto también podría solidificar el estatus de Bitcoin como una reserva de valor descentralizada, atractiva para aquellos que buscan seguridad en un activo digital finito.
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